Grados del ser y del conocer

Es necesario precisar las subdivisiones de ambos mundos y sus respectivos modos de conocimiento. Ello lo realiza Platón en la República, valiéndose de un segmento, en lo que se conoce como ejemplo o paradigma de la línea, un diagrama o esquema con que se representan las distintas zonas o grados del ser, desde la nada hasta el ser en toda su plenitud, y, paralelamente, los grados del saber, desde la ignorancia hasta el conocimiento absoluto.


Se traza un segmento AE y se lo divide en dos porciones desiguales, AC y CE, siendo CE mayor que AC para simbolizar el mayor grado de ser (o realidad) y de verdad que tiene el mundo inteligible respecto del sensible (o "visible", según dice Platón). Cada uno de estos dos segmentos se vuelve a dividir, conservando la misma proporción anterior, de tal manera que resulte AB:BC::CD:DE::AC:CE. Por cada uno de estos puntos se trazan perpendiculares, procurando destacar la horizontal que pasa por C, que señala la separación entre los dos mundos (Línea azul). A la izquierda del segmento AE se indicarán los distintos grados de la realidad; a la derecha, los grados del saber. Por debajo del punto A se encontrará, de un lado, la nada, el no-ente, y del otro, la ignorancia más absoluta. Por encima de E se colocará aquella idea que, según Platón, es la idea suprema, la Idea del Bien, a la que también llama la "Idea de las ideas".
Los dos segmentos principales, AC y CE, corresponden, según se ha dicho, a los dos mundos: AC representa el dominio de lo que Platón llama "lo visible", y también "lo opinable", el mundo del devenir o mundo de la opinión (dóxa), porque se lo conoce precisamente merced a esta forma de saber. En cambio CE representa el mundo inteligible, la verdadera realidad, los entes que son sin devenir ni cambio ninguno; se lo conoce mediante la epistéme, "ciencia" o conocimiento propiamente dicho. Es el mundo que reconocen los verdaderos "amantes de la sabiduría", es decir, los filósofos.

El mundo de la dóxa

El segmento AB corresponde a los entes cuyo ser es el más débil posible por así decirlo (porque más abajo de ellos no hay sino puro no-ser): entes como las sombras, las imágenes que se proyectan en los espejos o en cualquier otra superficie parecida, los sueños. El estado de espíritu correspondiente lo llama Platón eikasía (imaginación o conjetura). En la medida en que tomásemos la sombra, la imagen o el sueño por la realidad, nos encontraríamos en un estado de eikasía.

El segmento BC se refiere a las cosas sensibles propiamente dichas, como las casas, los caballos, las montañas; el estado del espíritu mediante el cual las captamos se llama pístis, "creencia" o "sentido
común". En el campo ético, la pístis consiste en creencias morales correctas acerca de lo que debe hacerse, pero que no están acompañadas de conocimiento (epistéme) y, en tal sentido, son "ciegas", aunque suficientes para la acción.

El mundo inteligible

El segmento CD se refiere a las ideas matemáticas; y, podría agregarse a los conceptos fundamentales de todas las ciencias particulares. El modo típico de conocer estos entes, se llama diánoia (entendimiento).
  • La primera característica de la diánoia consiste en que se vale de diagramas o dibujos como representaciones imperfectas de los entes a que se refiere, que son objetos del pensamiento puro; tales ilustraciones sirven, entonces, a modo de puente para pasar de lo sensible a lo inteligible.
  • La segunda característica de la diánoia -y, puede decirse, del conocimiento científico en general- es la de ser un conocimiento hipotético, un conocimiento que parte de "hipótesis". "Hipótesis" significa, literalmente, "puesto [thesis] debajo [hypó]", es decir "subpuesto", "supuesto".
Con lo cual se pasa al segmento DE. Este modo de conocimiento, que Platón llama nóesis,"inteligencia", se caracteriza en primer lugar por ser puramente intelectual, sin ningún elemento sensible: es conocimiento de puras ideas donde todo queda perfectamente comprendido. En segundo lugar, es un conocimiento absoluto, no-hipotético, porque cada idea -la idea de número, de que parte el matemático; la de movimiento, de que parte el físico, etc.- se ofrecerá dentro de una serie o escala, relacionada con las ideas superiores y con las inferiores, y de modo tal que la totalidad misma esté unificada por el principio supremo, que es la Idea del Bien.




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